Cuando era niña, recuerdo que había
muchos prejuicios en cuanto a los juguetes: las niñas solo podían jugar con cosas de niñas y los niños con cosas de niños, todo esto se prestaba a
burlas y bullying por parte de familiares y amigos, cuando un niño jugaba a las
muñecas, a la cocinita o cualquier otra cosa considerada de niñas no faltaba el comentario sexista o grosero como mariquita, maricón, pareces niña, joto,
y de más insultos, así como llamaban marimacha,
tortilla, o cualquier clase de insultos a las niñas que solían usar o jugar
con cosas de niños.
Ahora bien, ¿A qué juegan mis
hijos? O ¿Con qué?, bueno, la respuesta es muy sencilla, a lo que ellos
quieren.
Soy madre de tres hijos, un niño
de casi ocho años y unas gemelas de dos, y siempre he procurado que
experimenten a su ritmo, y no les prohíbo jugar, a mi hijo le gusta mucho jugar
a que cocina, también le gusta mucho la música, jugar con plastilinas, es fanático
de Elsa de Frozen, e incluso, hubo una época en la que disfrutaba mucho jugar a
las muñecas, es fanático de disfrazarse, en algunas ocasiones sus tíos paternos
e incluso mi esposo han cometido el error de burlarse por querer jugar con
trastecitos de juguete o a que hace pasteles de plastilina, afortunadamente su carácter
es maravilloso, es un niño con
un buen autoestima, y no deja que le afecte en absoluto los comentarios
machistas(a veces a las familias guiadas por el patriarcado les cuesta mucho
trabajo dejar prejuicios machistas), por su cuenta mis hijas, aunque les gustan
mucho las muñecas, también les encantan los balones de fútbol, y los carritos
de juguete, también tienen un “kit de construcción” que de hecho era de mi
hijo, pero hoy lo usan ellas.
Con
esto no estoy diciendo que mi hijo juega exclusivamente con cosas de niña, porque también es un niño
a que le gustan las cosas ‘diseñadas para niños”, y mis hijas no juegan solo
con cosas de niños, pues también juegan
a las muñecas, lo que digo aquí es que en mi hogar no hay restricciones, mis
hijos tienen la entera libertad de experimentar y conocer lo que realmente les
gusta, no quiere decir que si una niña no juega con muñecas y prefiere por
ejemplo, el fútbol, será una “mala madre “o una “mala mujer”, o que su orientación
sexual va a cambiar, lo mismo aplica para los niños que juegan con “cosas de
niñas”.
Yo
estoy feliz de la manera en que estoy decidiendo criar a mis hijos, sin prejuicios
y sin etiquetas, sé que esto va a influir enormemente en la clase de adultos
que serán, sin problemas de identidad, porque los estoy dejando construir la
suya propia, no les estoy imponiendo una identidad fabricada por los
lineamientos sociales de lo que es “correcto” y lo que no.
Así
que papás, los invito a aceptar la manera en que sus hijos crecen y juegan, no
los ridiculicen cuando no quieran cosas que están predeterminadas, todos somos
seres humanos, y lo “correcto” no siempre es así.
Besos
^.^
"La infancia es tan breve, no dejemos que se pierda tan pronto"
"Dejemos que nuestros hijos jueguen"
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